Recubrimientos metálicos

Recubrimientos metálicos: qué es y para qué sirve Deja un comentario

Nuestro ajetreado, y frenético, ritmo de vida nos ha llevado a una situación en la que todo se gestiona de una forma tan apresurada como, en muchas ocasiones, eminentemente chapucera. Esto es algo palpable en nuestro propio quehacer más cotidiano. Fabricamos, compramos, usamos y reciclamos todo lo que nos rodea sin prestar atención a diversos factores que pueden afectar a nuestro bolsillo y, no menos importante, al medio ambiente.

Por todo ello, no resulta de extrañar que uno de los factores más olvidados en la actualidad sea, precisamente, la durabilidad. En esta ocasión, y de cara a asimilar las dimensiones del problema, nos vamos a parar a explicaros en qué consiste el recubrimiento metálico. Así como su importancia para multiplicar la durabilidad de las estructuras o las piezas que dan forma a múltiples dispositivos que nos rodean en nuestro día a día.

¿Qué es el recubrimiento metálico?

Hablar de recubrimiento metálico es hacerlo de un sistema cuya principal función es aportar un plus de protección. ¿Y en qué consiste el proceso? Sencillo. Cubrir un metal con otro con el fin de aumentar su resistencia frente al paso del tiempo y la actuación ejercida por elementos externos como los climáticos. Parece una medida lógica, ¿verdad?

El objetivo no es otro que proveer una protección extra a las piezas de metal o incluso a las estructuras que forman un edificio, nave o vivienda. Algo que, como os podéis imaginar, también mejora las propiedades de los elementos tratados frente a la acción y corrosión de la propia superficie. No en vano, el sistema en cuestión aporta, por deposición, una capa extra de metal con el que aislarlo.

¿Para qué sirve?

La propia definición del proceso que aquí nos ocupa, y que podéis encontrar al principio del artículo, deja meridianamente clara su función. Y es que las piezas de metal suelen estar expuestas a condiciones de agresivo desgaste, corrosión y hasta rozamiento con otros elementos. Por todo ello, no es de extrañar que nos encontremos ante una industria tradicional, pero también en pleno auge y expansión.

Un mercado en el que destaca la empresa de recubrimientos metálicos Manuel Roca SL. Una compañía puntera en los revestimientos electrolíticos. Destacando su especialización en el revestimiento de piezas de metal con zinc como respuesta a una demanda cada vez mayor para este tipo de tratamientos. ¿El motivo? Al final, todo se reduce a la cuestión abordada al comienzo del artículo… apostar por la durabilidad y la protección de nuestra maquinaria, estructuras y demás.

Tipos de recubrimiento

La industria del metal, y por ende de los recubrimientos, siempre ha destacado por contar con un amplio surtido de técnicas y materiales para usar como revestimiento. En relación a lo primero, conviene destacar sistemas como el de inmersión. Proceso que destaca por la fundición de ambos materiales de forma homogénea. Por otro lado, el recubrimiento laminado consiste en situar una lámina de metal sobre el objeto en cuestión para, de esta forma, revestirlo. El pintado es la forma más rápida de añadir una protección al material en cuestión.
Para finalizar, pero no por ello menos importante, existen procesos electroquímicos, también conocidos como electrolíticos. En estos casos una o varias capas delgadas de metal cubren el elemento a revestir o tratar, previamente sumergido, gracias a una suerte de compuesto de iones metálicos. Dentro de este sistema existen múltiples alternativas posibles. Destacando el zinc cromatizado (azul, amarillo, níquel o negro).

Respetuosos con el medio ambiente

Química, metales, fundición… Echando la vista atrás puede parecer que nos encontremos ante procesos realmente contaminantes. Y puede que durante mucho tiempo esto fuera así. No obstante, las cosas han cambiado mucho en los últimos años. Y es que cada vez es más habitual encontrar empresas comprometidas con el medio ambiente de una forma realmente visible y efectiva. Llegando a contar incluso con sus propias depuradoras residuales para el reciclaje de las aguas derivadas de los procesos de producción y recubrimiento.

Un proceso vital para la durabilidad de los metales

Cómo habéis podido leer, y no pretendemos otra cosa con este artículo, los procesos de recubrimiento metálico resultan, aunque casi siempre invisibles a nuestros ojos, vitales para la protección y el aumento de la durabilidad de múltiples elementos, estructuras y superficies. Al fin y al cabo este tipo de procedimientos lo que hace es reforzar esqueletos. Podríamos decir que, a modo de paralelismo, los recubrimientos metálicos son para las piezas lo que el calcio para nuestros huesos.

Eso sí, vista la gran cantidad de alternativas y procesos diferentes existentes, conviene dejarse asesorar siempre por expertos antes de optar por cualquier opción dentro de las disponibles. Logrando, de esta forma, asegurarse que escogemos la alternativa que más se adecua a nuestras necesidades. Y si no los necesitáis, al menos habréis podido descubrir algunos datos interesantes sobre este fascinante mundo. Lo mismo ya no veis con los mismos ojos un tornillo, ¿verdad?

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